mayo 02, 2010

Las cosas como son

Un grupo de científicos colocó cuatro monos en una jaula para hacer un experimento. En el centro de la jaula había una escalera y, sobre ella, un montón de bananas. Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los investigadores lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban abajo.

Después de algún tiempo entendieron el sistema y, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo agarraban a golpes para evitar el chorro de agua. Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas.

Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos. La primera cosa que hizo el nuevo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado y golpeado por los otros. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera.

Entonces un segundo mono fue sustituido del grupo, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Cuando un tercer mono fue cambiado también se repitió el hecho. Finalmente el cuarto y último de los veteranos fue sustituido y los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cuatro monos que, aun cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas.

Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentase subir la escalera, seguramente la respuesta sería: “No sé, las cosas siempre se han hecho así aquí”.

A lo largo de nuestras vidas y en cualquier contexto nos encontraremos con gente en el trabajo, entre nuestros amigos, pares o miembros de nuestra familia, que sin pensarlo dos veces ni teniendo un motivo justificante nos golpearían si intentamos subir por la escalera. Y es que ‘así se hacen las cosas por aquí’. Tenemos la opción: ser un mono más, que oprime al que intenta hacer las cosas distinto, o dejar de serlo y comenzar a trepar por la escalera.

La costumbre de hacer las cosas como las vemos está muy arraigada en la sociedad actual. Procuremos formar a los niños como seres críticos de lo que vean, que cuestionen lo que no les parece correcto y decidan sobre cómo hacer las cosas ‘a su manera’.

Dejamos una hermosa canción sobre el tema, el poema 'No te Salves' de Mario Benedetti musicalizada por el grupo chileno Illapu. Dice en unas pocas palabras: No seas indiferente a lo que ocurre a tu alrededor y si lo eres, no te quedes conmigo. Pueden ver la letra aquí.


NO TE SALVES



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