septiembre 20, 2010

¡Yo puedo!

Crecer es muy difícil. Hay que tomar lo bueno y evitar lo malo en lo que nos rodea y todo esto sin tener idea de si lo estamos haciendo lo mejor que podemos. Tenemos algunas guías, como nuestros padres, profesores, amigos e incluso algunos desconocidos que tocan nuestras vidas sin darse cuenta.

Caeremos muchas veces, en las que sentiremos que fallamos, que perdimos oportunidades o que los demás están mejor preparados para seguir adelante. ¡pero eso está bien! Sólo debemos procurar no rendirnos jamás. La constancia hace al maestro y quien falla muchas veces es, sin duda, el que más aprende.

Los invitamos a ver un video sobre esa frase que todos debemos llevar grabada en nuestras mentes: ¡Yo puedo!

Y no solamente levantarse tras cada caída. Déjate bailar libremente, a tu propio estilo, pues nunca sabes quién está mirando y puedes ser tú una influencia positiva para otro. Entonces, además de perseguir lo que queremos, hagámoslo con toda la seguridad de que lo estamos haciendo bien. El líder no es el que manda, sino el que influye en los demás.

septiembre 15, 2010

Enséñame…

Una educación de calidad, libre y gratuita, es derecho inalienable de los niños, niñas y adolescentes. Tal educación debe habilitarlos para tener una inserción laboral adecuada, armonizar la vida familiar con la laboral, contar con niveles adecuados de destrezas y conocimientos, ejercer sus derechos ciudadanos, continuar estudios superiores y adaptarse a sociedades de aprendizaje permanente.

Sin embargo, no es fácil acotar el significado y las dimensiones de la calidad de la educación. No es tan simple como dar el mejor esfuerzo y conformarse con un “es lo que hay”.

Los dejamos con un video al respecto, una carta de un niño a su profesor, en la que le pide que le enseñe a aprender y a pensar, con cariño y sin humillarlo. ¡Disfrútenlo!

 

septiembre 06, 2010

Sí tiene sentido

Cierto día estaba caminando por la playa y reparé en un hombre que se agachaba a cada momento, recogía algo de la arena y lo lanzaba al mar. Hacía lo mismo una y otra vez. Tan pronto como me aproximé me di cuenta de que lo que el hombre agarraba eran estrellas de mar que las olas depositaban en la arena, y una a una las arrojaba de nuevo al mar.

Intrigado, le pregunté sobre lo que estaba haciendo, a lo cual respondió:

- Estoy lanzando estas estrellas de mar nuevamente al océano. Como ves, la marea ha bajado y estas estrellas han quedado en la orilla. Si no las arrojo al mar morirán aquí por la falta de agua.

- Entiendo - le dije - pero debe haber miles de estrellas de mar sobre la playa. No puedes lanzarlas a todas. Son demasiadas. Y quizá no te des cuenta de que esto sucede probablemente en cientos de playas a lo largo de la costa. ¿No estás haciendo algo que no tiene sentido?

El hombre sonrió, se inclinó y tomó una estrella, y mientras la lanzaba de vuelta al mar me respondió:

- Para esta estrella, sí tiene sentido.

Los voluntarios del SPB no alcanzan para trabajan con todos los niños que pudieran tener algún problema o sufran alguna necesidad. Realmente, no vamos a salvar el mundo con lo que hacemos, pero para los niños del colegio Manuel Rodríguez, para esos poquitos, sí tiene sentido. Y esto es lo único importante.

Por Sofía Andrade H.