diciembre 31, 2011

!Feliz Año Nuevo a Todos!


Estimados voluntarios, profesores, apoderados y niños bkns,

Queremos agradecerles por este gran año, por estar siempre acompañándonos y apoyándonos en todas las actividades realizadas este 2011, ya que sin el compromiso de todos uds. nada de esto sería posible!

Esperamos que el próximo año sea aún mejor que éste y esperamos seguir contando con su participación, ya que seguiremos teniendo mil y un cosas nuevas para uds., cosas entretenidas y cosas que nos harán crecer como taller.

Que pasen una linda noche con sus seres queridos y nos vemos el otro año!!

Koté y Maca, Coordinadoras Generales Taller SPB 2011.

diciembre 23, 2011

¿Se puede enseñar arte?

Más que enseñar arte desde el comienzo de la vida, hay que crear una atmósfera donde la expresión artística tenga lugar. Y hacerlo es más sencillo de lo que se cree. En primera instancia, es importante saber que el aprendizaje de los primeros años no es memorístico ni teórico, sino sensorial y motriz. El niño pequeño conoce el mundo tocándolo, oliéndolo, probándolo, moviéndose constantemente, mirando, escuchando y hablando.

“Laura piensa con los pies”, comentó una vez mi hijo al observar la actividad frenética de su primita, que empezaba a caminar. Desde entonces, acuñé esa frase para explicarle a los padres el papel fundamental que juegan la exploración motriz y sensorial en los primeros años. Ampliando la frase, podría decir que, en los primeros años, un niño piensa con todo su cuerpo y con todos sus sentidos. Por lo tanto, lo que podemos hacer es dejarlo “pensar libremente”, mediante el movimiento y la exploración de su entorno.

Llevarlo al parque, por ejemplo, no sólo para que corra y salte, sino para que sienta el aire, el sol, las cosquillas de la hierba, el crujido de las hojas, el olor de las flores, el canto de los pájaros y la textura de la arena. En este punto es importante anotar que los niños de ahora suelen desarrollarse en atmósferas asépticas y citadinas, muy poco propicias para la exploración sensorial. Si bien es cierto que hemos ganado en prevención de enfermedades, también es innegable que hace una o dos generaciones, los niños podían andar descalzos por el prado, sentir el rocío, tocar animales, probar la masa cruda de una torta e, incluso, conocer el sabor de la tierra o de una fruta recién caída del árbol. Ahora, por el contrario, los niños permanecen encerrados en apartamentos, con alfombras que amortiguan sus pasos y rodeados de personas que, con las mejores intenciones, desean verlos a ellos y a su entorno, perfectamente limpios. Pues bien, un apartamento y un niño relucientes son la antítesis de la exploración artística.

Por eso hay que buscar fórmulas para proporcionar a los pequeños experiencias sensoriales en sus hogares: masajes en su piel con cremas, aceites, y texturas; tiempo libre para jugar con la espuma y las esponjas en la bañera; oportunidades para corretear descalzo, para moverse y bailar ligero de ropa; para preparar una receta de cocina, etc. Pero además de esas experiencias, la actitud de los adultos frente al tiempo libre es fundamental. Aquellos padres que permiten a sus hijos pasar las horas jugando, sin inundar sus “agendas” de actividades útiles o de innumerables clases, paradójicamente permiten más este desarrollo que aquellos que los agobian desde que nacen con múltiples cursillos.

Un niño necesita tiempo para jugar solo, para soñar y fantasear. Cuando está en su habitación hablando con sus muñecos, y haciendo de cuenta que un palo era caballo, o que los cojines eran barco, y que ahora hacíamos esto o aquello, estará ejercitando, mediante el juego, la premisa fundamental en la que descansa, no sólo cualquier actividad artística, sino cualquier creación humana, es decir, la capacidad simbólica. Esa posibilidad de hacer de cuenta que tal cosa era tal otra. Sin esa posibilidad de fingimiento o de fabulación, que nos permite reemplazar unos términos de la realidad por otras realidades más lejanas, no hay creación ni pensamiento.

En el fondo, ¿qué hace un novelista? Fingir que ciertos personajes vivían en tal mundo y hacían tales cosas. Lo mismo hacen los bailarines, los pintores, los actores: inventan mundos posibles y se mueven por ellos a sus anchas, para convencernos a todos de su existencia. Eso mismo hace un pequeño cuando se entrega al juego simbólico. Pero nadie puede jugar si siempre anda de prisa.

Niños artistas

Hay padres que se preocupan por inscribir a sus hijos de dos años en muchos talleres, con la disculpa de que “se aburren y no saben qué hacer con tanto tiempo libre”. En realidad, son los padres quienes “no saben qué hacer” con el ocio de ellos y de sus hijos. Esto no significa que los niños no puedan ir a lugares estimulantes, siempre y cuando, dispongan también del tiempo necesario para jugar a imaginar.

Ese tiempo de la infancia, lento e incluso monótono, es lo que más echamos de menos los adultos. Recuerdas esas épocas, cuando pasabas las tardes viviendo en una casa hecha de trapos: ¿alguna vez te aburrías?. Si quieres que tu hijo desarrolle su capacidad creadora, no pretendas adiestrarlo, ni enseñarle prematuramente manejo del color o perspectiva, ni técnica vocal, ni cualquier otra minucia artística. Olvídate de tu sol con rayos simétricos, de tus casas triangulares o de tu aparente torpeza para cantar o bailar. Más bien, motívalo a mirar el mundo desprevenidamente, y aprovecha, tú también, para desaprender lo que sabías. Permite que la música y los libros entren a tu casa y ocupen un lugar importante al lado de los juguetes, para que tu niño descubra el enorme placer de leer, soñar y disfrutar, sin presiones académicas o pretensiones didácticas. Y, en cuanto a los juguetes, no siempre los más costosos o sofisticados son los que más desarrollan la creatividad, ¡todo lo contrario! Desconfía de esos juguetes programados que despliegan luces, o de esas muñecas electrónicas que repiten frases de cajón. Bastan un muñeco entrañable, los zapatos viejos de mamá o un mantel para suscitar aventuras creativas. Asegúrate de tener también papeles grandes, pinturas no tóxicas, arcilla y plastilina. . . El resto, déjalo en las manos de tu hijo. . . Te sorprenderás al ver cómo van surgiendo, desde el fondo de sí mismo, los primeros garabatos y descubrirás que, poco a poco, se convertirán en trazos cada vez más ricos, llenos de forma y contenido.

Tu papel como adulto sólo consiste en permitir la libre expresión, y en proveer los materiales y las situaciones, sin hacer juicios de valor. Cuídate, especialmente, de decirle qué está bien o qué está mal. Mientras más libre se sienta, mejor podrá desarrollar sus procesos de expresión artística. Y, con el tiempo, será él mismo quien te diga qué le gusta más: si pintar, bailar, tocar un instrumento, inventar historias o varias de esas cosas.

Cuando esté en la escuela primaria, podrás detectar cuáles son las experiencias artísticas que más lo motivan y entonces, llegará el momento en el que pueda dedicarse a profundizar en una vocación particular. Pero, para que esto suceda, asegúrate de que, durante los primeros siete años de vida, tenga muchas opciones de experimentar el arte en todas sus posibilidades, de expresar su mundo interior y, lo que es más importante, de descubrir ese placer incomparable que consiste en entregarse a la tarea de recrear el mundo.

Como se dice en el lenguaje común, “nadie nos quita lo bailado”. Y sí: en todo lo bailado, lo jugado, lo cantado, lo contado, lo pintado y lo vivido durante la primera infancia, está la materia prima del arte. Pero además de desarrollar una vocación artística específica, estas primeras experiencias ayudarán a cada niño a convertirse en un adulto seguro de sí mismo, consciente de que es único y de que tiene algo propio e irrepetible para aportar al mundo.

Resumen basado en información extraída de "ESPANTAPÁJAROS TALLER"

diciembre 20, 2011

Navidad en familia

Compartir la Navidad en familia estimula los valores en los niños y su importancia no sólo radica en el hecho de recibir regalos. Es una época en la que los pequeños esperan recibir demostraciones de cariño y afecto, y compartir momentos inolvidables con sus seres queridos.

La celebración navideña es una oportunidad para que los niños afiancen su identidad, estima y valía. Y es una ocasión extraordinaria que tienen los adultos para demostrar no sólo con objetos materiales, sino afectivos, qué tan importante es el pequeño para ellos. Cuando un niño se involucra en la celebración, siente acercamiento y pertenencia hacia su grupo familiar.

Marcela Ariza, directora del Instituto de la Familia de la Universidad de la Sabana, enfatiza en que la alegría verdadera no requiere de grandes montajes, que pueden llevar a la saturación mental y al agotamiento físico. “Momentos tranquilos, en grata compañía, vividos con humor y optimismo, facilitan la expansión del espíritu, dan descanso al cuerpo y traen paz al corazón del ser humano”, afirma.

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Importancia de los valores

Los pequeños que viven la Navidad en familia fomentan el valor de la solidaridad, la seguridad y la unión. Por ejemplo, un regalo debe servir para generar valores afectivos basados en dar y recibir y en compartir con otros niños. También se fomenta la capacidad de socialización.

Un pequeño que tiene la oportunidad de tener afecto socializa mejor y es más seguro. Incluso, en esta época se despierta el sentimiento de solidaridad. Es importante aprovechar las festividades para acompañar a pobres, huérfanos, ancianos y enfermos. Estos momentos jamás se olvidan y les permiten a los niños demostrar que puede hacer feliz a alguien, sin necesidad de gastar demasiado.

Por eso, si el niño vive las tradiciones de manera amorosa, bajo el ejemplo de sus padres, podrá transmitirles a sus hijos la importancia de vivir la Navidad en familia.

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Adaptado de http://www.suenafamiliar.cl/compartir-la-navidad-en-familia-estimula-los-valores-en-los-ninos

diciembre 11, 2011

Miedos, pesadillas y terrores nocturnos


Aproximadamente los miedos aparecen a los dos años. El primero que se presenta es el miedo a la oscuridad, que es el equivalente al miedo a la soledad, difícilmente soportable por el niño. Es común en la mayoría de los niños y acostumbra a durar hasta los cinco años o más. Hacia los tres años tendrá miedo a ver animalitos, ya sea en la cama o rodando por el dormitorio.

Para conjurar estos miedos el niño recurre a una serie de artilugios. Por ejemplo, se lleva a la cama un juguete favorito como la muñeca, el oso de peluche, un autito, o un almohadón, que viene a ser una compañía que simboliza a una persona querida. También puede practicar los llamados rituales de adormecimiento, que consisten en movimientos estereotipados, monólogos y peculiares maniobras antes de meterse a la cama. Por ejemplo, colocar los elementos del dormitorio en una determinada manera, arreglar la cama de alguna manera en particular, insistir a la madre que se quede junto a él o que le lea un cuento, etc. Son un conjunto de actividades que realizan para bajar los niveles de ansiedad.

Otro miedo importante es el miedo a la muerte, especialmente al de la madre, y comienza a presentarse a los seis años, manifestándose con severos insomnios. El miedo a las sombras y a los ladrones encerrados en la pieza acostumbra a aparecer a los siete años. Los miedos tienen mucho de hereditario, y puede ocurrir que a padres miedosos, hijos miedosos.



Las angustias se expresan en los sueños a través de las pesadillas. Son los auténticos malos sueños. El campo de batalla de las situaciones importantes que hayan acontecido durante el día, el niño se las lleva a la cama. El niño, que se ha acostado tranquilo, se despierta aterrorizado y se pone a llorar desconsoladamente. Habitualmente acontece dentro de las dos primeras horas de sueño (durante el primer ciclo, que es el más largo de los cinco o seis que configuran toda la noche). Cuando llegan los padres, consiguen sosegarlo con mayor o menor facilidad, depende por supuesto del tipo de pesadilla y de si el padre tranquilamente lo calma. A la mañana siguiente podrá evocarse el recuerdo del mal sueño, aunque con frecuencia se acompañe el recordatorio de cierta sensación de pánico. En las posteriores noches el niño puede resistirse a ir a la cama.

Los terrores nocturnos son otro asunto. A menudo la gente los confunde con las pesadillas, pero son dos fenómenos completamente distintos. El terror nocturno es mucho más aparatoso y su causa es independiente de los acontecimientos diurnos. Son más frecuentes en los varones, apareciendo a los dos años, con un máximo de incidencia a los siete, para luego disminuir su presentación hasta la pubertad, en la que desaparecen totalmente.

Se presenta con gritos angustiosos y se incorpora bruscamente en la cama. Los ojos, desmesuradamente abiertos pareciera que miran a un determinado punto de la habitación. La expresión de la cara es de terror y no reconoce a sus padres. Parece despierto, pero está totalmente desorientado, es imposible calmarlo. Terminado el episodio, que puede durar desde varios segundos a varios minutos, el niño se duerme plácidamente como si nada hubiera pasado, los que quedan angustiados son los padres. Los terrores nocturnos también se presentan en las primeras horas de sueño y pueden repetirse varias noches. A diferencia de las pesadillas, los terrores son independientes de lo que está soñando el niño, por esta razón a la mañana siguiente no recuerda nada.

Consejos para un buen dormir:
  • Adopten una actitud permisiva hacia los rituales de adormecimiento. Permita que se lleve a la cama los juguetes, póngales una luz o “espanta cuco”, deje la puerta abierta que les da al pasillo.
  • Si pasa una temporada de nerviosismo, no le escatime su compañía, léanle un cuento si les hace falta, quédense junto a el hasta que se duerma, y hasta un poco más, por si se despierta y vea que están a su lado.
  • Al mismo tiempo, anímele a que intente dormir solo y prémiele sus intentos y progresos.
  • Sea intransigente con las demandas y exigencias nocturnas que tiranizan reclamando continua asistencia, que de hacerles caso se irán multiplicando en una escala sin límites
  • No renuncien nunca permitiendo que el niño termine durmiendo con ustedes, si lo hacen están “perdidos”. Tampoco incurra en el error de decirles “vete a la cama” como un castigo, porque entonces el niño siempre lo verá como tal.
Referencia: Salud y psicología. P. Castells Cuixart
Adaptado de: www.constanzadiaz.cl/content/view/440301/Miedos-pesadillas-y-terrores-nocturnos.html#content-top

diciembre 04, 2011

Soy un niño con trastorno de hiperactividad, estos son mis derechos!


1. Ayúdame a poner atención: por favor, enséñame a través de mi sentido del tacto. Necesito movimiento corporal.

2. Necesito saber qué viene después: dame un ambiente estructurado en donde haya una rutina de la que pueda depender.

3. Espérame, todavía estoy pensando: permíteme ir a mi propio ritmo. Si estoy apurado, me siento confundido.

4. Me cuesta trabajo, no lo puedo hacer: por favor, bríndame opciones para solucionar los problemas.

5. ¿Está correcto? Necesito saberlo ahora: dame una retroalimentación positiva y enriquecedora de cómo lo estoy haciendo.

6. ¡No lo olvidé, no lo escuché!: Por favor dame las indicaciones una por una, y pídeme que repita lo que creo que dijiste.

7. ¡No lo sabía, no estaba en mi lugar!: Por favor recuérdame parar, pensar y actuar.

8. ¿Ya casi termino?: Por favor dame períodos cortos de trabajo con metas a corto plazo.

9. ¿Qué?: Por favor no digas "Ya te dije eso". Dímelo otra vez, en diferentes palabras. Dame una señal. Dibuja un símbolo.

10. ¿Yo sé, está todo mal?: Por favor hazme sentir orgulloso por éxitos parciales. Prémiame por mi esfuerzo personal, no sólo por perfección.

11. ¿Por qué siempre me gritan por algo?: Por favor fíjate si hago algo bien y felicítame por alguna buena conducta que tenga. Recuérdame mis fortalezas cuando tenga un mal día.

¡No lo olvides!


Fuente: www.constanzadiaz.cl/content/view/278301/Los-derechos-de-los-ninos-as-con-trastorno-de-hiperactividad.html#content-top

noviembre 28, 2011

Aprender a leer y a escribir me cambió la vida.

Cuando estudio y aprendo me siento feliz. Cuando escribo y voy comprendiendo, siento unas ganas enormes de seguir. Siento curiosidad, ganas de conocer, de saber qué otras cosas puedo aprender.

Aprender a leer y escribir me abrió otro mundo. Ya no me siento aislada. Puedo leer, sé lo que pasa. Puedo escribir, comunico mi pensamiento. Lo que nunca pude decir con palabras, ahora lo escribo.

Ya no me hacen lesa, no me engañan. Puedo leer los letreros de las micros, hacer un trámite, entender lo que dicen los diarios y revistas. Puedo firmar, mandar comunicaciones al colegio, ayudar a los niños en las tareas.

Aprender a leer y escribir me cambió la vida. Me siento más persona, sé que vivo, que puedo aportar.


noviembre 20, 2011

Conoce a tu hijo a través del dibujo


Una buena idea para conocer bien a tu hijo y conectarte con él, es entregarle una hoja en blanco y lápices de colores. El dibujo, al igual que el juego, expresa la vida consciente e inconsciente del niño. Sus sueños, ilusiones, frustraciones, todo se manifiesta en el lenguaje simbólico que es la expresión gráfica. Mientras la actividad de juego es algo pasajero, el dibujo es un documento permanente en la historia del niño que podrá revisarse las veces que haga falta (puedes crear un álbum de dibujos para ver los cambios que se producen en él).

El dibujo infantil es el mejor test del que disponen los padres para conocer un poco por dentro cómo son en "realidad" y cómo marcha su maduración neuropsicológica. En edades específicas el niño puede dibujar cosas determinadas. Así, un niño de 15 meses sólo aceptará dibujarnos garabatos sin ningún sentido, pero a los 18 meses ya le saldrá una línea vertical, y a los tres años realizará un círculo, pudiendo hacer una cruz a los cuatro, el cuadrado a las cinco y el rombo a los siete años.

Si le pides a un niño que dibuje un monito, podrás valorar el grado de su conocimiento del esquema corporal y su desarrollo intelectual. A los tres años es capaz de dibujar un círculo del que parten dos palos que son las piernas. A los cinco, completará la imagen del cuerpo, la cabeza, los ojos y las extremidades. La diferencia se sexos aparecerá en los dibujos alrededor de los siete años. La etapa óptima del dibujo se alcanza alrededor de los once - doce años, edad en que desarrollan el pensamiento abstracto.

En el dibujo el niño proyecta sus conflictos internos y sus problemas de relación con el ambiente, nos revela tal como es o cómo quisiera ser. El tamaño de la figura nos expresa su estado anímico, siendo de gran tamaño en el niño extrovertido y diminutas en lo inhibido o depresivo. La utilización de los colores básicos (rojo, amarillo, azul) es normal en los niños pequeños, pero, por encima de los seis años, puede ser un signo de agresividad, de control emocional pobre o de necesidad de afecto. También se dice que el empleo moderado del color rojo indica inseguridad, mientras que los colores marrones y negros evidencian naturaleza depresiva (recuerda que siempre es importante el conocimiento que tienes de tu hijo, los conflictos por los que puede estar pasando, etc. a veces no es sólo observar el color).

La calidad del trazo fuerte y vigoroso del niño confiado, contrasta con el trazo débil, vacilante y picado del ansioso, y si además es obsesivo, dibuja cantidad de mínimos detalles y borra continuamente.

Dibujo hecho por Daniela González, 3ro Básico, Taller Seamos Personas Bakanes.

Cuando haces que dibuje una familia, en el que el niño entrega su propia visión del ambiente familiar que él percibe, el primer personaje que dibuja es el más importante para él, el que siente más cercano, los personajes estarán valorizados o desvalorizados, según la cantidad de detalles que tengan (son los atributos positivos).

El grado máximo de desvalorización es la eliminación del rival (por ejemplo, celos intensos a un hermano) no incluyéndolo en el dibujo de la familia. En ocasiones, ellos mismos se auto eliminan cuando se sienten inferiores y desvalorizados. Cuando el menor termina el dibujo de la familia, se le pregunta al niño quién es el más bueno, el menos bueno, el más feliz, el menos feliz y para ver con quién se identifica, "si formaras parte de esta familia, ¿quién serías tú?".

El dibujo no sólo tiene valor diagnóstico en psicología y psiquiatría infantil, sino que, junto al juego libre, es también un medio de comunicación privilegiado.

Fuente: http://www.constanzadiaz.cl/content/view/422745/Conoce-a-tu-hijo-a-traves-del-dibujo.html#content-top


noviembre 13, 2011

El Secreto de la Felicidad

Hace muchísimos años, vivía un sabio, de quien se decía que guardaba en un cofre encantado un gran secreto que lo hacía ser un triunfador en todos los aspectos de su vida y que, por eso, se consideraba el hombre más feliz del mundo.
Muchos reyes, envidiosos, le ofrecían poder y dinero, y hasta intentaron robarlo para obtener el cofre, pero todo era en vano. Mientras más lo intentaban, más infelices eran, pues la envidia, sentimiento negativo que aleja la felicidad, no los dejaba vivir.
Así pasaban los años y el sabio era cada día más feliz. Un día llegó ante él una niña y le dijo: "Señor, al igual que usted, también quiero ser inmensamente feliz. ¿Por qué no me enseña qué debo hacer para conseguirlo?"
El sabio, al ver la sencillez y la pureza de la niña, le dijo:

“Presta mucha atención. En realidad son dos cofres en donde guardo el secreto para ser feliz y estos son mi mente y mi corazón, y el gran secreto no es otro que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de la vida:

1º Paso: Debes quererte a ti mismo, y todos los días al levantarte y al acostarte, debes afirmar: yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda vencer. Este paso se llama autoestima alta.

2º Paso: Debes poner en práctica todo lo que dices que eres, es decir, si piensas que eres inteligente, actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño; si piensas que no hay obstáculos que no puedas
vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. Este paso se llama Motivación.


3º Paso: No envidies a alguien por lo que tiene o por lo que es. Alcanzó su meta, ahora tú logra las tuyas.

4º Paso: No albergues en tu corazón rencor hacia alguien. Es mejor tener un amigo que un enemigo y para eso hay que perdonar y olvidar.

5º Paso: No tomes las cosas que no te pertenecen, recuerda que de acuerdo a las leyes de la naturaleza, mañana te quitarán algo de más valor.

6º Paso: No maltrates a ningún ser vivo. Todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera, por lo tanto, entrega ese respeto y cariño.

7º Paso: Levántate siempre con una sonrisa en los labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bonito. Piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; ayuda a los demás sin pensar que vas a recibir nada a cambio; mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para ser
triunfador y que de esta manera, puedan ser felices."


“El que es virtuoso, es sabio; el que es sabio, es bueno; y el que es bueno, es feliz.”(Boecio)





noviembre 05, 2011

Los dulces y las caries

Muchas personas creen que solo por el hecho de lavarse los dientes no les aparecerán infecciones o problemas en la dentadura, específicamente caries, pero la realidad es de otra manera, depende de lo que comamos, de la dentadura que tengamos y claramente, de nuestra higiene bucal.

Generalmente uno le enseña a los niños a que deben lavarse los dientes todos los días, pero son pocas las personas quienes les enseñan que para prevenir caries también es importante saber que comemos, los dulces son los grandes culpables de muchos problemas que aparecen en nuestra dentadura, pero no son solo los caramelos, si no que los azúcares en sí. Es por eso, que es importante que todos sepamos que lo consumimos afecta a todo nuestro organismo y en este caso, me enfocaré en cómo afecta a la dentadura.

¿Qué es una caries?

La caries es consecuencia del efecto corrosivo de los ácidos producidos por las bacterias, que forman parte de la flora microbiana de la boca, al degradar los azúcares procedentes de los alimentos. Es la destrucción o excavación progresiva, más o menos rápida y extensa, de los tejidos duros del diente; puede dar lugar a diversas molestias y complicaciones, para finalmente provocar la pérdida de las piezas dentales afectadas. Es capaz de atacar cualquier diente y puede aparecer ya a partir de los tres años.

Síntomas

· Dolor puntual al presionar la pieza dental afectada, así como al comer alimentos o tomar líquidos dulces, muy fríos o muy calientes.

· A medida que la caries se extiende, el dolor se hace más frecuente e intenso.

· Al causar la inflamación e infección de la pulpa dental, el dolor se hace continuo y muy intenso debido a la irritación directa de los nervios, e incluso puede alcanzar la garganta, el oído y la cara.

· La destrucción de la pulpa suele provocar mal aliento (halitosis)

Consecuencias

· Las molestias dolorosas provocan dificultades en la masticación y, especialmente en los niños pequeños, puede desembocar en trastornos en la alimentación.

· La destrucción extensa de los tejidos dentales comporta la pérdida de la pieza dental, ya sea porque el diente se fragmenta o porque obliga a su extracción.

· La presencia de un grave foco infeccioso constituye un peligro potencial, ya que las bacterias pueden invadir los vasos sanguíneos. La pérdida de piezas dentales y los consecuentes defectos en la masticación favorecen la producción de nuevas caries.

Para evitar el desarrollo de la enfermedad no bastan las medidas aisladas Es necesario actuar conjuntamente contra todos ellos con las medidas más oportunas.

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Es recomendable limitar el consumo de azúcar y alimentos dulces o golosinas de todo tipo, especialmente los que tienen una consistencia dura o elástica y pueden adherirse con más facilidad a los dientes.

Por eso es importante la higiene bucal, ya que exige que te cepilles los dientes al levantarte, después de cada comida y al acostarte, Cepillando tus dientes por lo menos dos veces al día eliminas la placa.

Así que recuerda: Antes de comenzar a comer, pregúntate que contiene el alimento que escogiste. ¿Tiene mucha azúcar? Si es así, escoge otra cosa. Selecciona algo mejor para tus dientes. Recuerda, ciertos dulces pueden hacer más daño que otros. Dulces pegajosos y acaramelados se pegan en las superficies de los dientes. Los dulces pegajosos le dan a tus dientes un baño largo de azúcar, porque se quedan en tu boca más tiempo que las comidas que masticas y tragas rápidamente. También debes pensar cuando y cuan a menudo comes productos altos en azúcar. ¿Estás picoteando dulces muchas veces durante el día, o comes usualmente dulces de postre con la comida? Ácidos dañinos se forman en tu boca cada vez que comes un dulce. Los ácidos continúan afectando tus dientes por 20 minutos antes de ser neutralizados y dejar de causar daño. Eso quiere decir que mientras más dulces comes durante el día, más a menudo provees alimento para las bacterias que causan las picaduras en los dientes. Si comes dulces, es mejor hacerlo después de una comida, en vez de varias veces durante el día o entre las comidas. Cada vez que comes dulces—en las comidas o meriendas—cepíllate los dientes con una pasta que contenga fluoruro.

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Fuente: http://www.pediatraldia.cl/caries.htm

octubre 29, 2011

Identidad fuerte, adolescentes seguros

Experimentar es parte del aprendizaje, pero hay quienes lo hacen arriesgando su vida. Ayudar a los hijos a desarrollar una identidad propia es la clave para evitar que una conducta temeraria aislada se transforme en un patrón de acción.

“El que no se arriesga no cruza el río”, indica el dicho, y no deja de tener razón. Una de las mejores fórmulas para aprender es experimentando, lo que implica tomar riesgos. Por lo mismo es que los padres tienen que estar abiertos y alentar a los hijos a hacerlo.

Pero hay personas que, por su temperamento, viven siempre al límite. La mayoría de los adolescentes, después que han tenido experiencias fuertes por haberse arriesgado seriamente, aprende dónde está el límite y no vuelve a cruzarlo, pero están estos otros que no. Ellos escapan del proceso normal de aprendizaje, e incluso ponen en peligro su vida y la de otros. ¿Cómo detectarlos y evitar que hagan del riesgo un estilo de vida?

La patología está determinada por la severidad y frecuencia del comportamiento riesgoso, así como el contexto en el cual ocurre. Los adolescentes que repetidamente se ven cruzando la línea, están en más riesgo de padecer una patología.

El problema es que muchos padres, sin embargo, consideran que situaciones como conducir rápido o probar la marihuana forman parte del desarrollo, son “ritos” de paso a la adultez. Pueden excusarlos diciendo que “son sólo niños” o tener una falsa sensación de seguridad al pensar “yo hice las mismas cosas y terminé siendo una persona normal”. Sin embargo, cualquier comportamiento que constituya una amenaza para la vida debe ser considerado una señal de alerta. En otras palabras, puede ocurrir la experimentación ocasional, pero es la repetición e intensidad la que indicará si un adolescente está en problemas o no.

Falta sentido común
Pareciera que el fondo del asunto es que, más que nada, lo que los adolescentes carecen es de criterio. El sentido común es la capacidad para hacer dos cosas: primero, mirar la situación, anticipar las consecuencias y elegir el mejor camino. Y segundo, si una vez tomada una decisión ésta trae consecuencias inesperadas, el sentido común consiste en que uno aprenda y aplique lo aprendido a una situación futura.

Debido a muchos factores, la habilidad para reflexionar antes de actuar y de obtener la suficiente información para hacer de esa reflexión algo útil, está menos presente en los adolescentes. Algunos suelen actuar primero y pensar después o simplemente no tienen la suficiente experiencia para recabar la información que les permita tomar una mejor decisión.

Por eso es que los padres tienen una importante misión: proveer a sus hijos la mayor cantidad de información posible relacionada a la mayor cantidad de situaciones de la vida. Algo que debiera comenzar cuando los niños son chicos y debiera continuar durante toda la vida. Cada situación es una oportunidad para enseñar a un niño a identificar qué debe hacer para resolver un evento, qué lo hizo positivo o negativo, y qué pudo haber hecho distinto que pudo haber mejorado el resultado. Incluso más importante, los padres pueden moldear esto al compartir su propio proceso interno cuando tienen que tomar una decisión. Si los hijos ven que sus padres no siempre saben inmediatamente qué deben hacer y que pasan por un proceso de considerar la situación antes de actuar, entonces ellos también considerarán válido no saber qué hacer en determinadas situaciones, y sabrán que tendrán opciones y que está en sus manos tomar la mejor elección.

Formación de la identidad
En esto tiene crucial importancia el tener una identidad sólida, porque cuando la hay, los adolescentes son capaces de mantenerse firmes ante las situaciones que enfrentan. Por ejemplo, al ser presionado a tomar alcohol o drogas, al adolescente que tiene una identidad normal le costará menos tomar una decisión que lo proteja; esa es una manifestación de ‘sentido común’. Cuando la identidad, en cambio, está perturbada, el adolescente puede comprometer su integridad física, mental o emocional con tal de sentirse estimado por el grupo. En esta situación, el sentido común se pierde progresivamente a medida que el adolescente se va con el grupo.

Esto se logra básicamente al interior de la familia, con ambos padres presentes, capaces de formar en valores y virtudes morales, estableciendo límites claros y educando en este sentido, desde pequeños, la voluntad de sus hijos. De este modo el niño va teniendo claro qué es lo que lo diferencia de los otros.

Adaptado del artículo de Pía Orellana
Revista Hacer Familia

octubre 21, 2011

La timidez

El sentirse un poco asustado cuando estás con mucha gente en algún lugar, es la timidez; en general, casi todo el mundo siente timidez en algún momento… el ser tímido no es algo malo, es normal si se tarda más en sentirse un poco cómodo con personas o situaciones nuevas; al ser tímido muchas veces se observa más alrededor de uno mismo antes de interactuar con la gente de dicho lugar.

A veces esta sensación es percibida por poco tiempo, como por ejemplo cuando se es nuevo en el colegio, este tipo de timidez suele ir desapareciendo a medida que la persona se va adaptando al lugar en el que se encuentran.

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En algunos casos las personas se vuelven tan tímidas que les da miedo salir a hacer actividades de la vida cotidiana. O simplemente les asusta conocer gente nueva, por lo que no salen mucho, o no procuran lugares nuevos, en estos casos un médico o psicólogo puede ayudar.

Es muy importante que si tu timidez no te deja hacer las cosas que quisieras, hables del tema con alguien, ya sea padres, profesores, orientadores, amigos o especialistas. Hablar sobre esto puede ayudar a superarlo. Quizás ellos te puedan dar algún consejo para superar la timidez, o decirte si ellos también se han sentido de esa manera. Esto te ayudara a darte cuenta que todo el mundo puede ser tímido incluso sus más cercanos, lo importante es ayudar a que esto sea superado.

Por el contrario si conoces a alguien que es tímido, ayúdalo a sentirse menos nervioso, el insultar o molestar, solo conseguirá que la persona sea mas tímida aún.

octubre 14, 2011

¡El 15 de Octubre es el Día de los Abuelitos!


¿Qué sería de los niños y niñas si no tuvieran a sus abuelos? Imagínense por un instante que un determinado gobierno decidiera suprimir a los ciudadanos que alcanzan cierta edad. ¿Qué sucedería? El niño perdería unos personajes fundamentales en la convivencia familiar. Automáticamente, se le cerraría la visión del futuro. Pensarían que después de sus padres ya no existe nada. Un misterio vacío.


Los abuelos juegan un importante papel en la familia, pero siempre y cuando sepan estar en un sitio. Es decir, cuando comprenden a sus hijos, los padres, y saben ser tolerantes con ellos, estando atentos a sus iniciativas. Entonces es cuando pueden aportar consejos sin dar órdenes, colaborar sin sustituir, ayudar discretamente desde atrás, hablar sin imponerse demasiado y jugar el papel armonizador del equilibrio familiar.


No se sabe de ningún nieto que no quiera a sus abuelos. Más bien todo lo contrario, sabemos del anhelo con que el niño espera sus vacaciones en casa de los abuelos, las salidas con ellos, sus confidencias que siempre son escuchadas.


Algunas de las virtudes para ser un buen abuelito:

  • Le ofrecen al niño otras formas de vida, otros hábitos y maneras de hacer. Todo lo cual ayuda a la sociabilización del niño.
  • Aconsejan a los padres, basándose en el sentido común y en la experiencia debida a la edad.
  • Ellos están más disponibles que los padres, cuentan con más tiempo para escuchar al niño, para hablarle y contarle cuentos e historias. Consiguen reconfortar al niño, valorizarlo y ayudarle a desarrollar su inteligencia e imaginación.
  • Aportan un afecto y un cariño complementario, que repercute en el buen equilibrio emocional del niño.
  • Hacen comparaciones positivas sobre la manera de hacer de los padres y la suya propia, diciendo por ejemplo "tus padres hacen esto de esta forma y yo lo haría de esta otra, veamos lo que es más práctico". Favorece el desarrollo del espíritu crítico del niño.
  • Tienen un modo de vida más calmado que los padres, aportando al niño un sentimiento de apaciguamiento y de seguridad.
  • Participan en la educación del niño siguiendo las directrices de los padres. Refuerzan el sentimiento moral y el respeto a las reglas de la convivencia.
  • Son paño de lágrimas cuando el niño está triste, consolándolo y haciéndole comprender su error. El niño se siente amparado y tranquilizado.
  • Las buenas relaciones entre padres y abuelos, con discusiones calurosas y los lazos de afecto, establecen un clima ambiental feliz. De esta forma el niño adquiere la importante noción de lo que es una familia.
  • Los abuelos hablan al niño de sus padres, de cuando eran pequeños, cómo se portaban, qué hacían, etc. Le aportan la idea del tiempo, de la comunidad de la vida.
  • Cuando falta uno de los padres, por divorcio, separación o fallecimiento, y los sustituyen en sus funciones familiares, consiguen que el niño supla la figura parental ausente.

Como vemos los abuelos no deben ocupar la plaza de los padres, sino colaborar con ellos, manteniéndose dentro de los límites dentro del importante papel de ser abuelos.

Adaptado de http://www.constanzadiaz.cl/content/view/962825/La-importancia-de-ser-abuelos.html#content-top



octubre 10, 2011

La sabiduría de los niños

Nunca sabes lo que un niño va a decir, es sorprendente: Al autor y orador Leo Buscaglia, se le solicitó que fuera parte del jurado de un concurso, el propósito del concurso, era encontrar al niño más cariñoso, entre ellos surgen estas dos historias:

El niño, al ver al hombre sentado en una banca del patio y llorando, se metió al patio del anciano, se subió a su regazo y se sentó. Cuando su mamá le preguntó qué le había dicho al vecino, el pequeño niño le contestó: "Nada, solo le ayudé a llorar".

Debbie, maestra de primer grado, estaba discutiendo con su grupo la pintura de una familia. En la pintura había un niño que tenía el cabello de diferente color al resto de los miembros de la familia. Uno de los niños del grupo sugirió que el niño de la pintura era adoptado y una niña compañera de él le dijo: "Yo sé todo acerca de las adopciones, porque yo soy adoptada".
- ¿Qué significa ser adoptada? - preguntó el niño.
- Y la niña le contestó: "Significa que uno no crece en el vientre de su mamá
sino que crece en su corazón".

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La vida de los niños gira en torno a los juegos, son creativos, sinceros buenos incorruptos en su ser mas intimo, cuando van creciendo van perdiendo la sabiduría y los adultos los vamos inscribiendo  en una multitud de conceptos.

Algunos pensadores confirman la sabiduría de los niños, por ejemplo:

Carl Jaspers afirma “que la filosofía es como un niño que pregunta el por qué de las cosas”.

El niño es un sabio innato Nietzsche en las transformaciones del espíritu humano afirma “que el hombre niño llega a la verdadera sabiduría porque posee la inocencia, tiene la capacidad de olvido, y es creativo por  excelencia, por ende es un espíritu libre"

Los niños ven el mundo  con naturalidad, sin inhibiciones, sin doble moral, los adultos se las enseñamos, los niños no compiten, juegan, aunque son competitivos porque ellos no se ponen barreras, los adultos se las ponemos.

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Adaptado de:
http://es.scribd.com/doc/2592702/La-sabiduria-de-los-ninos
 
http://nichofilosofico.over-blog.es/5-categorie-10824905.html

septiembre 30, 2011

La llegada de un nuevo hermano y los celos


Bien es sabido que en muchas ocasiones la llegada de un nuevo miembro a la familia es complicado y con mayor razón si es pequeño e hijo único el que lo espera.


Para un niño mayor, el nuevo integrante a la familia se convierte en ocasiones en un rival, por lo que es preciso evitar sus celos reconociéndole ciertas prerrogativas y valorándolo. Los celos son la primera experiencia que recibe el niño de la competencia social. Es una experiencia perfectamente constructiva, el que no lo sea, depende casi siempre de la actitud de los padres, que pueden cambiar la competencia natural entre hermanos en celos ansiosos y hostiles.


El motivo principal del celo infantil es el deseo de monopolizar y acaparar totalmente el afecto de la madre. Una de las causas por las que el niño se comporta mal es por los pensamientos fratricidas que producen intensos sentimientos de culpabilidad que llenan al niño de ansiedad y una forma de mitigarlo es buscando el castigo de los padres, consiguiendo que los padres estén continuamente pendientes de él.



Es habitual también, que el hermano pequeño sienta celos de algún hermano mayor, bien porque observa que tiene ciertos privilegios de los que él aún no puede disfrutar por ser pequeño, o bien porque los progenitores muestren mayor interés y predilección por algún hermano concreto.


Esta situación no suele darse en la primera etapa de la vida de los niños, sino más adelante. De hecho la intensidad de los celos suele ir variando de unas edades a otras. La mayoría de los expertos opinan que ante la llegada de un nuevo hermano la edad más conflictiva suele ser entre los tres y seis años, que es cuando surge una mayor rivalidad. Sin embargo, a partir de los seis o siete años los niños suelen tener una actitud de cooperación con los padres y de mayor acercamiento al recién nacido, lo que no quiere decir que haya que esperar hasta esta edad para tener otro hijo.

Antes de que nazca un hermanito, el niño que le precede debe estar enterado de los privilegios y ventajas de ser mayor, no observar importantes modificaciones en la estructura del hogar que se dispone a recibir al futuro bebé, es decir, que no lo saquen a él de su pieza para que la ocupe el nuevo miembro familiar. Convérsele sobre su "hermano menor" y háblele de cuando lo esperaban a él, busquen un nombre juntos. Es fundamental que el niño tenga la seguridad de que sus padres no le retirarán el afecto cuando nazcan otros hermanos.

Converse con el niño para saber cómo se siente y, a la vez, para que usted comente sus sentimientos y derribe mitos en el menor. Cuéntele sobre sus hermanos o sobre las "hermandades" de otros. Incítelo a que le de besos y abrazos a la guatita, teniendo presente que en el interior está su hermanito. Podrían sacar ropa que él haya usado cuando pequeño y que escoja lo que le prestará al hermano.

Cuando el hermanito ya está en el mundo, debe participar en su cuidado y protección, por ejemplo, ayudar a la mamá a cambiarle la ropita, vigilarlo mientras la mamá está en otro quehacer, etc. En los ratos que la madre deba dedicarse exclusivamente al bebé, es el padre quién debe estar al lado del hijo mayor, dándole el reconocimiento de importancia que se merece.


Dedíquele regularmente un rato para jugar sólo con él, propóngale salir sin llevar también al bebé. Al ser el primero, ha gozado durante mucho tiempo de sus padres en exclusiva, es preciso que todavía tenga, de vez en cuando, la posibilidad de estar a solas con ellos.


Ayúdelo a conocer mejor a su hermanito, muéstrele lo divertido que puede ser el bebé. El hermano pequeño suele sentirse muy atraído por el mayor, le sonríe con agrado y casi siempre quiere imitarlo.


Las relaciones entre hermanos son forzosamente fuente de dificultades, exigen la paciencia y la comprensión de los padres. Durante una gran parte de su infancia, los hermanos se van a pelear con frecuencia sin dejar de quererse. Estas relaciones, en ocasiones tempestuosas, son a la vez enriquecedoras y contribuirán a forjar la personalidad de cada uno de ellos. Más allá de los conflictos y de los celos mutuos, se establecerá también una complicidad y una solidaridad irremplazable.



Adaptado de: www.constanzadiaz.cl/content/view/444474/La-llegada-de-un-nuevo-hermano-y-los-celos.html#content-top