noviembre 19, 2012

Peleas entre hermanos


En la etapa de niñez y adolescencia es muy frecuente las peleas entre hermanos, esto muchas veces llega a preocupar a los padres, si bien es cierto lo más saludable debería ser evitar las peleas, no se puede negar que éstas forman parte de la vida de los niños.

Frente a las peleas entre hermanos, el papel de los padres es fundamental, ya que un adecuado manejo por parte de ellos puede facilitar que los niños puedan aprender a resolver sus propios problemas por sí solos, a compartir, a encontrar soluciones y a comprender que a veces se gana y en otras ocasiones se pierde. Ante cualquier circunstancia, lo importante es explicarles con anterioridad las reglas que todos deben seguir y que si no se cumplen habrá consecuencias.

Razones por la que los hermanos pelean

Los especialistas consideran las peleas entre hermanos pueden obedecer a las siguientes razones:
  • La necesidad de ser queridos; esto hace que los niños quieran tener la atención de los padres; en estos casos el hermano es visto como un competidor respecto al amor de sus padres y es común que imaginen que quieren más al otro, por esta razón se debe evitar ponerse de lado de uno de ellos en el momento de la peleas.
  • Cuando no desean compartir: los niños comúnmente pelean por un juguete o cuando el hermano coge algo que pertenece al otro, lo que más les importa es competir y posesionarse de lo que consideran suyo.
  • Cuando sienten que existen preferencias por alguno de los hermanos: si los padres brindan más atención a uno de ellos y corrigen al otro, es probable que el niño piense que hay un “preferido”, por tanto es probable que exista mayor rivalidad entre ambos.
  • Algún cambio en su entorno, un conflicto en el ambiente familiar o en la escuela puede generar estrés en los niños y propiciar este tipo de conductas.
Sugerencias para los Padres
  • Incentivar a que los hermanos aprendan a resolver sus conflictos por sí solos y sólo intervenir en casos extremos.
  • Conversar con ellos, si es que los niños no llegan a solucionar el conflicto, hay que escucharlos para que puedan calmarse y reflexionar sobre lo sucedido, si es necesario hacer que estén separados por un momento para evitar que continúen peleando y puedan calmarse.
  • No hacer comparaciones, como por ejemplo “entiende, el es más chiquito…”; esto sólo aumenta la rivalidad entre ellos y la rabia.
  • Felicitarlos cuando no peleen, elogiar a ambos cuando compartan o solucionen sus conflictos, esto hará que las conductas adecuadas se repitan.
  • Enseñar que pelear no es la solución, por ejemplo si la pelea es por algún objeto específico o un juguete, el niño debe darse cuenta que el pelear sólo ocasionará perderlo. En este caso la intervención de los padres es básica ya que deberán establecer las normas o consecuencias de las conductas inadecuadas de los niños.
  • Enseñarles con el ejemplo, es obvio que si el niño observa peleas entre los padres, seguirá este modelo, pues creerá que es la única forma de resolver los problemas.




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