abril 06, 2012

Mamá, papá: estoy embarazada

Este último tiempo me tocó vivir muy de cerca diferentes experiencias de niñas que habían quedado embarazadas a temprana edad, entre preguntas y mi propia observación me di cuenta que la gran mayoría no tenía una estabilidad emocional, algunas aún no terminaban el colegio, no vivían con sus padres o sólo vivían con uno de los dos progenitores, habían hecho cosas de “grandes” sólo por copiar o intentar hacer feliz a sus parejas y no conocían métodos de barrera o anticonceptivos, sólo conocían los mitos sobre éstos.

Y ahí estaban, en una sala de hospital con su bebé, asumiendo responsabilidades que quizás pudieron evitarlas o aplazarlas por un tiempo, fue fuerte estar con ellas y conocer sus realidades, saber cómo se sentían y ver que ellas mismas me decían que pudieron haber hecho algo al respecto y no lo hicieron.

En Chile, nacen cada año alrededor de 40.355 recién nacidos cuyas madres tienen entre 15 y 19 años. A esta cifra, se agregan otros 1.175 nacimientos en menores de 15 años. De esta forma, en nuestro país la incidencia del embarazo en la adolescencia es de alrededor de 16,16%. Muchas adolescentes han buscado este atajo para poder retirarse del colegio y no finalizarlo, o lo han hecho porque no conocen sobre los métodos de anticoncepción, guiándose por lo que le dicen las amigas o algún conocido, y es ahí, en estos dos puntos, donde me gustaría centrarme.

Conversando con estas jóvenes muchas no demostraron interés en volver al colegio y las razones eran porque el padre del bebé les daría dinero para mantenerse o simplemente porque existía alguien que les diera refugio, alimento y dinero; la gran mayoría eran dueñas de casa o vivían con sus padres y se sentían cómodas así. La siguiente pregunta que les hice fue ¿Te cuidabas? Y la respuesta de ellas fue sorprendente, algunas dijeron que nunca habían usado métodos de anticoncepción porque no los conocían, otras decían que engordaban y algunas que no sabían utilizarlos y que por esa razón habían quedado embarazadas. Fue complicado estar frente a esa realidad cuando la mía es totalmente diferente y ahí estaba yo, brindándoles apoyo y llevándome a reflexionar lo poco que se conoce sobre el cuidado del cuerpo, el amor propio y todo lo que pierde una niña al quedar embarazada.

Primero el juego del papá y la mamá se hace de verdad, inician su vida sexual a muy temprana edad, sin conocer el cuidado que esta acción debe tener, también, de jugar con muñecas de plástico, pasan a tener un ser pequeñito en sus manos que es de verdad, al cual deben alimentar, cuidar y criar. Comienzan una vida de adultos a la edad donde ellas deberían estar conociendo su cuerpo, creando lazos de amistad, jugando y estudiando.

Así, estas niñas postergaron y dejaron atrás la vida de pequeñas para comenzar una nueva y llena de responsabilidades que a la edad de 15 años no se tienen muy claras. La reflexión es inevitable, y me di cuenta de todo lo que dejan y pierden por querer ser grande, por no querer estudiar, por querer irse de la casa, por no tener conocimiento de los métodos de barrera y por querer mantener a su pareja cerca, es triste ver que algunas niñas encuentran una salida a sus problemas con el embarazo, estando en juego la vida de otra personita, y esto es una situación que lleva arrastre desde hace muchos años y aún no se puede dar con el clavo.

Existen múltiples factores que explican por qué sucede esto, pero aún así esto es una realidad a la cual no se le puede dar la espalda, una de las formas que existen para poder evitar estos casos de embarazo adolescente es la educación sexual, la cual en Chile, se suele dejar para al final por pudor, y yo al estar en contacto con estas chicas, me expresaron que ellas necesitaron alguna vez a alguien que le explicara cómo utilizar un condón o poder responderles por ejemplo, que las pastillas anticonceptivas no engordaban, o que ellas tenían acceso a los métodos de barrera en el consultorio donde se atendían.

Muchas veces este gran tema es ignorado en la sociedad y casi se ve como algo normal o que tiene que pasar porque sí, pero sin embargo es una realidad que se debe abordar y afrontar. Es necesario entregarles las herramientas a los niños para que extiendan sus expectativas de vida y de futuro, conversar con ellos, comunicarles que hay edades para todas las cosas, que no es necesario saltarse etapas, responderle las preguntas que ellos tengan con claridad y sinceridad, y finalmente, que existen numerosas formas de afrontar un problema y que para este mismo existen numerosas soluciones, que no es necesario buscar la salida más fácil, hay que educar.

Sin embargo, este escrito podría no tener fin, es tan amplio el tema y son tantas las realidades que prefiero dejar abierto este mensaje e invitar a la reflexión y en lo que nosotros podemos hacer para y con los demás.

P.D.: Les dejo un cortometraje que habla sobre el embarazo adolescente desde el punto de vista de una niña.

1 comentario:

M dijo...

Está buenísima la entrada!!!! Cristi te pasasteeee, me encantó :D