agosto 28, 2011

La familia intacta

“La presencia paterna es un elemento educativo primordial”

Hay varios aspectos del papel del padre en la familia: normalmente es el que trae más dinero a casa, incluso hoy día en que muchas madres trabajan; tiende a disciplinar más firmemente a los hijos y a obtener más obediencia de los adolescentes varones; a la hora de jugar con los niños aporta juegos más físicos que constituyen lecciones importantes sobre cómo controlar el cuerpo y las emociones; genera autoconfianza en los hijos para afrontar las oportunidades y dificultades de la vida.

Otra función importante es “amar a la madre de sus hijos”. En un buen ambiente familiar, los hijos varones son capaces de observar cómo el padre trata con respeto y afecto a la madre, de manera que es más probable que luego ellos mismos traten a las mujeres con el mismo respeto cuando se hacen mayores. Del mismo modo, las chicas que crecen en tales hogares tienen más probabilidad de esperar ese mismo trato respetuoso por parte de sus novios y de sus futuros maridos.

Entre las diversas casuísticas familiares, la familia intacta sigue siendo una situación ideal. Muchas investigaciones demuestran que cualquier desviación de tal estándar, constituido por los padres biológicos y casados, supone altos riesgos en la vida emocional y en los problemas sociales. Hay excepciones, como las madres solteras que logran educar bien a sus hijos.

Pero, en los grandes números, las estadísticas son claras. El alejamiento del estándar aporta riesgos. Esto es cierto para los hijos que son adoptados, para los que han visto el divorcio de sus padres y para quienes solo tienen padre o madre. La cuestión es que fomentar la familia intacta y ayudarla es la mejor manera de asegurar una mejor situación de los hijos.

La ausencia de la figura del padre en el hogar tiene repercusiones tanto en los hijos varones como en las chicas. Al no tener un adecuado modelo de masculinidad en casa, algunos hijos varones se ven tentados a adoptar actitudes de macho, como para probar su hombría, y esto puede estar asociado a un comportamiento violento y delictivo.

En cuanto a las chicas, tanto si viven solo con sus madres o si éstas comparten el hogar con su novio o un nuevo marido, las chicas se ven a sí mismas más frecuentemente como un objeto sexual. En cambio, tener al padre biológico en casa parece proteger a las niñas, tanto de una temprana pubertad como de una actividad sexual siendo adolescentes. El elemento que más influye en las niñas para retrasar la actividad sexual es la relación padre-hija, más importante en este caso que la relación madre-hija.

Adaptado de: ABC, La Familia.info.

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