¿Somos los
humanos capaces de gozar de una felicidad auténtica y perdurable? ¿O la
felicidad es solo una ilusión? Tal vez, es porque vivimos una fantasía
alimentada por momentos de felicidad que son esporádicos y siempre efímeros.
Son preguntas
profundas y existenciales que no pueden ser respondidas con un simple sí o con
un no. Más aún, cuando hoy los procesos emocionales están demasiado intensos y
las relaciones de pareja, la familia, el trabajo, los amigos, está en revisión,
análisis y adecuación.
Es importante reconocer que la felicidad es la meta de todas las metas. La mayoría cree que la felicidad es el resultado del éxito, la acumulación de riquezas, la salud o las buenas relaciones interpersonales, pero éstas son consecuencias y no su causa.
Se dice que la predisposición sólo determina el 40% de la experiencia de felicidad de una persona y que se ha estudiado que es genética, que depende de la infancia y las características conductuales de los padres.
Se dice que la predisposición sólo determina el 40% de la experiencia de felicidad de una persona y que se ha estudiado que es genética, que depende de la infancia y las características conductuales de los padres.
Existe una
teoría, que dice que la visión occidental de la vida, que se lee en la fórmula
de la psicología positiva, se queda corta para alcanzar la gran meta. “F = P +
C + A, es decir la felicidad es la suma de la predisposición + condiciones de
vida + actividades voluntarias”.
“Las neuronas
de un niño reflejan las emociones de los adultos que lo rodean y le hacen
sentir lo que estos sienten. Si un niño vive rodeado de adultos infelices, su
sistema nervioso quedará programado para la infelicidad, aun antes de tener
motivos para sentirla”.
Mientras que
el segundo factor, las condiciones de vida, otorgaría entre el 7 y el 12% de la
experiencia feliz. Pues, indican que más que tener una vida holgada, trágica o
en carencia absoluta, el acento está en la capacidad de adaptación o respuesta
que se tienen a las experiencias positivas y también negativas.
Siguiendo la
fórmula, se describe que el 50% de la felicidad dependería del tercer factor:
“Las cosas que elegimos hacer en nuestra vida cotidiana”, y que irían más allá
de la satisfacción personal, sino que están relacionadas con la expresión
creativa o la felicidad de otra persona, donde en ambos casos se accede a lo
más profundo del ser.
No obstante,
es severo en asegurar que esta fórmula occidental no garantiza la felicidad
auténtica o duradera, porque en su opinión, sólo el tercer factor toma en
consideración la vida interior de la persona y que para él, es la que abre la
puerta a lo que considera el único lugar donde se halla el secreto de la
felicidad: el descubrimiento del ser auténtico.
Las siete
claves
1.-
Toma conciencia de tu cuerpo: Tu cuerpo y el universo
constituyen un mismo campo de energía, información y consciencia. Al sentir tu
cuerpo y responderle de manera consciente, se experimenta paz, armonía y
alegría.
2.-
Descubre la verdadera autoestima: No tiene que ver con mejorar la imagen y no depende de las
buenas o malas opiniones de los demás. Cuando cimientes tu identidad en tu ser
verdadero, y no en tu imagen pública, hallarás una felicidad que nadie podrá
arrebatarte.
3.-
Desintoxica tu vida: Nuestro estado natural se
caracteriza por la alegría, la tranquilidad y la realización espontánea. Cuando
no lo experimentamos es porque hay contaminación. Esta puede ser el resultado
de emociones, relaciones o hábitos tóxicos, así como de sustancias tóxicas que
causan ansiedad, culpa, vergüenza, baja autoestima.
4.-Renuncia
a tener la razón: Cuando no insistes en
tener la razón accedes a una enorme cantidad de energía. Tener la razón implica
que otro está equivocado. La confrontación de tener la razón y no tenerla, daña
cualquier relación. Todos somos consciencias individuales con maneras
peculiares de ver la vida.
5.-
Concéntrate en el presente: Si lo haces,
tu vida se renovará constantemente. El momento presente es lo único eterno, no
muere ni puede ser olvidado. Por eso la felicidad en el presente no se te puede
arrebatar. Ella te libera de la trampa del tiempo, que produce pesar debido al
pensamiento, la evaluación y el análisis.
6.-
Observa al mundo en ti: Si lo haces dejan de
existir los obstáculos externos para la felicidad. Los mundos internos y
externos son espejos uno del otro. Se modifican de acuerdo con tu estado de consciencia.
Si estás vibrando en el temor, tu mundo interior de pensamientos y emociones,
así como tu mundo exterior de circunstancias y relaciones, lo reflejarán.
Distinto será si vibras en el amor, fluirá la felicidad y la abundancia.
7.-
Vive para la iluminación: Buscarla es buscar tu ser
verdadero. Es el estado más atento de la existencia y también el más natural,
pues de él provienes. Tu hogar es un lugar de profundo amor, tranquilidad y
alegría. Al regresar a él, comprenderás que tu anhelo de felicidad era sólo el
principio, tú deseo más profundo es la libertad que resulta del completo
despertar.
Fuente: http://www.emol.com/tendenciasymujer/Noticias/2012/11/19/23479/Las-siete-claves-para-alcanzar-la-felicidad-lo-ultimo-de-Deepak-Chopra.aspx
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