La inocencia de los niños es un tesoro sumamente preciado, porque les permite aprender de las cosas positivas de la vida sin angustias o temores. No podemos permitir que nada ni nadie se las arrebate antes de que cumplan la edad adecuada y consigan la madurez suficiente para enfrentarse a las verdades del mundo y decidir si quieren formar parte de la solución o del problema.
Cuando eso sucede, se dan cuenta de que la vida no es fácil para todos. Que muchos sufren o padecen, que sus padres no son perfectos, que depende de ellos forjarse un futuro que valga la pena, que deben rodearse de personas que toquen positivamente sus vidas.
Mientras no llegue ese momento, procuremos cuidar esa inocencia con todas nuestras ganas. Que los niños sean simplemente niños, que sepan jugar, hacer amigos, reírse mucho, maravillarse con la naturaleza y con sus capacidades. No se trata de esconder temas que forman parte de la vida misma, sino tratarlos a su debido tiempo.
Les dejamos dos videos sobre la inocencia de la que hablamos. Ojalá los disfruten.
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