mayo 26, 2013

BAZAR SPB!

Comunidad SPB!!

Como todos pudieron notar el Sábado 18 de Mayo llovió !
Es por esto que el BAZAR SPB tiene nueva fecha!, los esperamos este Sábado 01 de Junio!!! 

Actividad que se realizara en Persa Zapadores esquina Guanaco con motivos de recolección de fondos para la compra de nuevos materiales para el voluntariado!!

Recuerden que comienza a las 14 horas para el público y para los voluntarios a las 9 am en el colegio, si llueve nuevamente se reprogramara para el día 08 de Junio.

Vamos con todo al persa zapadores!!!!


mayo 13, 2013

Madre e hija: relación compleja

Amor-odio, aceptación-rechazo, alejamiento-acercamiento, son sentimientos que caracterizan, con mayor o menor intensidad, al vínculo más profundo que existe en la vida de toda mujer, la relación con su madre.

La idolatramos de niñas, la aborrecemos en la pubertad, nuestra enemiga en la adolescencia y, si todo marchó más o menos bien, la comprendemos y valoramos de adultas, acercándonos más a ella.

Pero el tiempo pasa y llega el momento de preguntarnos: ¿qué sucede cuando se es madre? En la mayoría de los casos, cuando ha habido una buena relación, ésta se estrecha aún más, es un momento de acercamiento y de reencuentro, nos damos cuenta de la complejidad que representa “hacer” personas, criar seres humanos. Sin embargo, una mala relación ocasiona un daño muchas veces irreparable.


Las mujeres construimos en dicha relación nuestro “yo” y nuestra identidad femenina. Por ello, cuando la madre muere y la hija teniendo aún los 15 años y en donde no hubo una figura fuerte sustituta, queda un agujero en el alma. Sin embargo, hay sucesos que aparentemente no son tan trágicos y que pueden ser tan funestos como la pérdida de la madre.

La psicóloga Inés Arribillaga, que, entre las diversas actividades que realiza, trabaja talleres de madres e hijas, nos plantea diversas situaciones, a las que por cierto llama “malas historias”:

a) El abandono, la ausencia o la indiferencia de la madre en forma permanente.
b) La competencia constante con la hija.
c) La intromisión constante en la vida de la hija.
d) La descalificación.


Revisemos cada una de ellas:

El abandono, la ausencia o la indiferencia de la madre en forma permanente, el olvido de sus obligaciones o el descuido impiden que se dé la “simbiosis” natural de la hija con la madre; es decir, el vínculo de intimidad, de confianza básica, de desvanecimiento de los límites personales en las primeras etapas del desarrollo humano. Gracias a ella, existe posteriormente diferenciación e individualización.

La competencia constante con la hija, el compararse siempre con ella y demostrarle que es más inteligente, más deseable o más bella, según sea el valor que predomine en el otorgamiento del poder; reclamos incesantes, ataques a la felicidad de la hija, planteos de rivalidad con el padre, entre otros, provocan que se establezca desde la madre una polaridad de buena-mala que prevalece a lo largo de toda la relación, desencadenándose la envidia y los celos entre ambas.

La intromisión constante en la vida de la hija se da debido a que la “simbiosis” no se rompe y no se tolera que la hija cuestione o rompa con la forma en que se da la relación. Las consecuencias son el infantilismo crónico, la inmadurez. Es la madre sobre protectora, solícita hasta el aturdimiento, la que todo resuelve, hasta la mínima dificultad, fóbica a todo lo nuevo (amistades, actividades fuera del entorno más cercano, ideas). Se “desvive” por su hija; no tiene vida propia y por ello vive la de la hija.

La descalificación, la crítica constante por exigencias desmedidas en diferentes áreas de desempeño (escolar, comportamiento, inteligencia, aptitudes, belleza, amistades, etc.), provocadas, la mayor parte de las veces, por la insuficiente valoración personal de la madre que se proyecta en la hija, atrofia la autoestima de la hija, haciéndola sentir insegura, poco valiosa.

Todos estos tipos de relaciones son inalienables; es decir, se dan en mayor o menor medida en el vínculo que se establece entre madre e hija; la intensidad o estereotipia de alguno de los rasgos, en el sentido de no poderlos reconocer y se impida la capacidad de cambio y evolución, hará más o menos saludable la relación.

Será más fácil lograr el equilibrio desarrollando nuestro sí mismo, ese sí mismo que se formó en el estrecho contacto con nuestra madre, con su amor y cuidados. La relación entre madre e hija puede ser una de las más hermosas que experimentemos en nuestra vida, y es una de las más intensas, profundas y complejas del ser humano.



María del Carmen García Maza
UAEM y FAAPAUAEM

mayo 05, 2013

Cómo enseñar a los niños a proteger sus partes íntimas

Es normal que mientras los niños son pequeños y concurren al jardín infantil, jueguen a bajarse los pantalones como una gracia o levantarse la falda. Y esto es porque obviamente no tienen una real noción de sus partes reproductivas y están muy lejos de asociarlas al tema de las relaciones sexuales. Aunque este comportamiento no es perjudicial, es recomendable comenzar a explicarles a nuestros pequeños que sus partes privadas son justamente eso, privadas, y deben permanecer fuera del alcance de los demás. Aquí te damos algunos consejos para enseñar a los niños a proteger sus partes íntimas.

¿Qué son las partes íntimas?

Cuando los niños son tan pequeños no necesitan extensas explicaciones de los aparatos reproductivos, tanto de hombres como de mujeres. Bastará con que le expliques que sus partes íntimas son aquellas que quedan cubiertas por el traje de baño por lo tanto, deben quedar cubiertas y que nadie puede ni debe tocarlas. Este es también un buen momento para enseñarles a los niños a higienizar sus partes íntimas mientras se duchan.

Partes íntimas: ni se miran ni se tocan por otros.

Nunca son demasiados pequeños nuestros hijos para extremar las medidas en cuanto a su seguridad personal. A veces las noticias nos sorprenden hasta el espanto, con las crónicas de niños pequeños abusados por adultos, que incluso, suelen ser del círculo social del niño. Es terrible, pero lamentablemente los pedófilos son una realidad, y ser conscientes de esto, es lo que hará que podamos abrirnos para hablar sin miedos con nuestros hijos.


Es importante que sepa que nadie puede ver sus partes íntimas, salvo sus padres o su médico, cuando lo llevas a su visita de rutina. Y lo que es más importante, recuérdale que si alguien trata de tocar sus partes íntimas, debe avisarte inmediatamente.
Es importante que los niños aprendan a valorar la importancia de su cuerpo, cómo protegerlo y mantenerlo a salvo.


Fuente: http://www.entrepadres.com/