diciembre 19, 2012

Navidad, una fiesta para dar

La Navidad no puede pasar como una fiesta más. Cada familia debe usar su imaginación y su cariño para convertirla en única y esperada con ilusión. Aunque los hijos sean varios, los padres comprueban día a día que Dios no hace fotocopias, que cada uno es único, irreemplazable y original, querible por él mismo. Asimismo, cada Navidad puede ser una fiesta especial.

Los hitos de la preparación
Contaba un empresario que le tocó viajar a Londres en octubre pasado, que por encargo de un amigo fue a Harrods, tal vez la tienda más surtida de esa ciudad donde se puede encontrar “de todo”. Le habían pedido que comprara villancicos de Navidad, ya que en Chile son escasos. Se asombró al ver todo un piso de la multitienda, de innumerables metros cuadrados, dedicada a la Navidad. Todo un abanico de manteles, adornos, vajilla especial, etc. Como no encontraba villancicos preguntó dónde estaban. Las dependientes tampoco lo sabían. Tras mucho averiguar le dijeron que cerca de la caja. Y sólo habían dos.

Esto mismo ocurre en todas partes y, por lo mismo, este tiempo anterior a la Nochebuena, no se puede describir como lo hace el villancico más conocido: noche de paz, noche de amor. Ya no es un “tiempo de paz” ni “tiempo de amor”, sino un ajetreo vertiginoso en búsqueda de regalos, en romerías a los malls, en encuentro con los abundantes viejos pascueros acalorados de las casas comerciales. La Navidad es la fiesta por excelencia de la familia, ya que el nacimiento de Dios ocurrió en un sencillo establo, sin luces ni lujosos adornos. Cuando tenemos las prioridades bien definidas según una escala de valores también habrá un orden en los afectos: primero Dios, luego la familia y después los demás.

Cuando las fiestas pierden su significado, el corazón se desordena. Como el marido que piensa más en el regalo para su secretaria que en el que va a darle a su mujer. El ejemplo es extremo, pero ayuda a entender el concepto. Debemos recuperar este tiempo de paz, este tiempo de amor. Es un tiempo para perder la memoria de uno mismo y pensar en los demás, y para centrar la mirada en el motivo de la celebración. Es cierto que esa noche a muchos les cuesta repartirse entre la casa propia y las de los abuelos maternos y paternos. Incluso, para evitar estas elecciones difíciles, algunos patriarcas adelantan la celebración. Pero no nos quejemos, si hay que atender a todos. Pensemos en los solitarios, que son muchos, y que no tienen a dónde ir.

Hay que saber celebrar
En una familia, la Navidad debe dejar la huella indeleble de todo lo que está destinado a convertirse en una tradición que se transmitirá de generación en generación. El enfoque del sentido de la fiesta debe quedar en el recuerdo como el tiempo más amable en la vida de los niños. Si nos esmeramos para que la casa esté lo más atractiva posible cuando se recibe una visita, ellos deben saber que lo mismo se hace para acoger al Niño Jesús.

Los niños, como es natural, esperan ansiosos los regalos, pero conviene que sepan que hay muchos a los que nadie regala, y que también hay que regalar a los que no pueden dar nada a cambio. La Navidad no puede ser una fiesta egoísta: sería una falta de coherencia. Es un tiempo para que los niños también aprendan a dar, lo cual no se consigue por imposición. Son ellos mismos los que deben convencerse de que hay más alegría en dar.

La familia no sería tal si solo fuera techo común. Parte esencial es que sea “mesa común” y la mesa es siempre parte de la fiesta: las mamás son verdaderas artistas para convertirla en celebración, aunque los medios no sean abundantes. La Navidad no puede pasar como una fiesta más. Cada familia debe usar su imaginación y su cariño para convertirla en única, fácilmente reconocible entre las demás, y esperada con la ilusión propia de estos días entrañables.

El difícil arte arte de saber regalar
Ningún regalo podrá sustituir nunca al oído atento para escuchar con interés y simpatía al que nos quiere comunicar algo suyo; como tampoco el darse tiempo para estar y hacer compañía. Dar afecto sincero, no ser mezquino con el elogio, celebrar con objetividad lo positivo, demostrar cariño y -por qué no- admiración, son manifestaciones que no suplen el regalo material. Pero este principio no anula la validez de dar un objeto acertado a quien queremos, en las ocasiones propicias.

A Juan Sebastián Bach se le preguntó alguna vez cómo se podía tocar bien el clavecín, y su respuesta fue algo así: “Pero si es muy fácil. Es cosa de poner el dedo preciso, en la tecla precisa, con la intensidad precisa y en el momento preciso”. Claro, puede decir uno, es muy fácil para él, pero para cualquier ciudadano corriente toda una hazaña. Sin embargo, para el amor no hay imposibles. Solo quien sabe querer y está atento a la persona que quiere, puede dar en el blanco con el regalo. Y esto no se improvisa, ya que exige estar cerca de la persona y muy atenta a las preferencias y gustos que manifiesta, aunque no lo haga de forma explícita. Basta un comentario indirecto, observar que mira detenidamente algo en una vitrina, estar consciente de que le falta algo necesario aunque muchas veces lo calle, y saber que la fecha adecuada también puede ser imprevista, ya que añade el valor sorpresa y la aparente falta de justificación.

Regalos insólitos
No es difícil afirmar que muchas veces no se regala bien. Desde casos insólitos de maridos que compensan sus infidelidades con regalos lujosos; padres que sustituyen su ausencia con obsequios deslumbrantes; personas que buscan lucirse a través del regalo que dan; otros que eligen solo lo que a ellos les gusta sin consideración a la persona que lo recibe.

Desde luego, siempre es más fácil tener imaginación para dar a quien le falta que a aquél que tiene de todo; y además el que le falta suele ser más agradecido. Los pobres tienen la sabia costumbre de no abrir el regalo delante del que se lo da, ya que interpretan que se agradece más el gesto de regalar que el objeto mismo. Es un signo de elegancia.

Acertar de verdad es un arte y una satisfacción que no tiene precio. Un buen consejo: estar muy atento a quien se quiere y conservar los datos que recibe en la memoria para encontrar el momento oportuno de regalar. Sigamos la recomendación del filósofo: hay que saber qué dar, cuándo dar, cuánto dar, a quién dar y cómo dar.

Adaptado del artículo “Hagamos de la Navidad una fiesta única”, de la revista HacerFamilia Chile

¡Que todos pasen una hermosa Navidad junto a sus familias! Les dejamos una canción navideña:

 

diciembre 03, 2012

Como proteger a los niños del sol



Falta muy poco para el término del colegio y comenzar las vacaciones de verano, así que hoy hablaremos de una de las mayores precauciones que debemos tener en verano con niños pequeños: protegerlos del sol.
La piel de los niños es especialmente sensible, por tanto es muy importante que la protejamos adecuadamente de las radiaciones solares, tanto con cremas solares con factor de protección como con gorros y ropa adecuada, además de proteger los ojos con gafas de sol.

La piel de los niños tiene memoria. Los expertos advierten que según cómo cuidemos la piel de los niños en los primeros años de vida, repercutirá en un mayor o menor riesgo de desarrollar cáncer de piel de adultos.

Es por eso que es tan importante proteger la piel de los niños del sol.

¿Qué factor solar utilizar en los niños?
Los niños con piel oscura tienen más melanina para absober los rayos UV y protegerse de sol, por tanto un factor de protección 20 puede ser suficiente, pero para la piel y cabellos claros o para niños pelirrojos con tendencia a tener pecas debemos utilizar un factor de protección 40 o 50.

Los principales consejos que debe tener en cuenta para proteger la piel de los niños del sol son:

  •       Protector solar
  •      Gorros, gorras, sombreros
  •      Gafas de sol
  •      Ropa adecuada
  •      Refrescarse
  •      Mantenerlos hidratados
  •      Evitar las horas centrales del día


Esperamos que estos consejos les ayuden en vacaciones. Recuerden tener siempre en cuenta que es muy importante proteger a los niños del sol en verano, en especial si vamos a la playa, a la piscina, a la montaña, como si salimos a dar un paseo.

Les dejamos unos videos educativos para padres y niños, disfrútenlos!

Por qué es sensible la piel de los niños al sol


Kambu - Cuidado con el sol



 Fuente: http://www.bebesymas.com/salud-infantil/verano-con-ninos-protegerles-del-sol